domingo, 8 de marzo de 2015

Los ridículos más sonados de Eurovisión

Hay momentos en esta vida en los nos sentimos ridículos, pero si a eso le sumamos que en ese momento nos esta viendo millones de personas, se convierte en un "Tierra tragame". Hoy repasamos cinco momentos de estos 60 años de Eurovisión.

¿Tocamos o no?

Año: 1990
País: España.
Victimas: Azúcar Moreno.

¿Qué pasó? A la hora de la actuación, los músicos no se enteraban de que el playback ya había arrancado y tenían que ponerse a "tocar". Es tan grande la descoordinación que incluso uno de los músicos se pone a bailar.


Un agudo fuera de lugar

Año: 1967
País: Suiza.
Victima: Geraldine.

¿Qué pasó? La salida de tono en el agudo final de la suiza Geraldine (momento 2:52), la cual interpretaba su tema, no solo le provoco un momento "Tierra tragame" sino que además no obtuvo ningún punto.


¿Quién ha ganado?

Año: 1969
País: España /Países Bajos / Francia / Reino unido.
Victima: Laurita Valenzuela

¿Qué pasó? ¿Como actuarias si en vez de anunciar el ganador que toda Europa esta esperando, tuvieras que anunciar cuatro? la presentadora española Laura Valenzuela, no sabía como actuar ni lo que tenía que decir. La decisión se improvisó sobre la marcha.


Ingles y nervios: mala combinación

Año: 1998
País: España
Victima: Belén Rodríguez, portavoz de RTVE

¿Qué pasó? En 1998 la portavoz de RTVE, Belén Fernández quiso saludar a la presentadora diciendo "Realmente es una noche estupenda". Pero los nervios le traicionaron y falló su inglés diciendo en su lugar "Realmente hace una noche estupenda" provocando las risas del público. Además la presentadora inglesa contestó "No sé en España, pero aquí en Birminghan hace muchas noches que no salgo"


El patinazo más internacional

Año: 1999
País: Israel.
Victima: Dana Internacional.

¿Qué pasó? El momento con el que todo artista que participa en Eurovisión sueña es el momento de recoger el premio, sin embargo la representante israelí se le atraganto y lo que tendría que ser el mejor momento de su historia, se convirtió en el mayor ridículo de su historia ante millones de espectadores por un tropezón.

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